El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo. Podría explicar por qué tantas personas creen saber de comunicación y reputación. Lo explico a continuación.
Según explica la firma de investigación del comportamiento, The Decision Lab, el efecto Dunning-Kruger ocurre cuando la falta de conocimiento y habilidades de una persona en un área determinada hace que sobreestime su propia competencia.
Según el estudio publicado por David Dunning y Justin Kruger en 1999, las personas tienden a tener opiniones demasiado favorables sobre sus habilidades en muchos dominios sociales e intelectuales.
Los autores sugieren que esta sobreestimación ocurre, en parte, porque las personas que no están capacitadas en estos dominios sufren una doble carga: no solo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les roba la capacidad metacognitiva para darse cuenta.
¿Qué tiene que ver todo esto con la comunicación aplicada a las organizaciones y ejecutivos? Bajo un punto de vista muy realista: mucho.
Si no se educa a tiempo, simplificar la comunicación estratégica puede convertirse a la larga en una práctica perjudicial.
Así como la comunicación tiene la ardua tarea de educarse en entender todas las áreas del negocio.
Las áreas de negocio deben entender un poco más la comunicación estratégica, sus casos de uso y cómo su presencia podría empujar objetivos.
A continuación, comparto sólo 4 ejemplos que grafican que las cosas no son tan sencillas como parecen:
1. “Contratemos PR para mandar notas de prensa”
Es muy natural asociar el “PR” a solo mandar notas de prensa (curiosamente, PR puede sonar a Press Release). No obstante, se trata de una práctica un poco más compleja.
2. “Vamos, qué tan complejo puede ser mejorar nuestra reputación”
Según los expertos de Corporate Excellence, la reputación es un entramado compuesto por 7 elementos (quizás sean muchos más).
Además, no podemos hablar de reputación si no se dan las cosas en la realidad empresarial.
3. “Solo puedes escribir en Linkedin si eres experto”
Un mito popular con muy pocas bases. No sólo puedes ser líder experto para escribir. Existen otras fuentes de credibilidad.
Puedes ser curador de contenidos. También puedes ser un “periodista” que conversa con los mejores.
4. “¿Tan complejo es montar una estrategia?
En realidad, estructurar una estrategia tiene muchos componentes, incluso más allá de las tácticas planeadas: punto de partida, metas, públicos, objetivos, tácticas, KPIs, resultados generales e inversión.
En conclusión, para lograr los objetivos de la organización, es importante empaparnos con las mejores fuentes y contenidos.
También revisar casos de uso, casos de éxitos y prácticas comunes de distintos sectores. Mis mentores solían decir que las soluciones están fuera del negocio.
Charles Duhigg lo plasma de forma más elegante en su capítulo sobre la innovación: “Muchas veces las personas que catalogamos como creativas son ‘intermediarios intelectuales’. Han aprendido a transferir conocimientos entre diferentes sectores y grupos”.
¡Hasta la próxima!